42. Fotos de un Viaje a las Antípodas (VI)

Dejando el continente euroasiático atrás, es momento para una nueva entrega de la serie Fotos del Viaje -la sexta- de mi Viaje a las Antípodas. En esta ocasión se trata de fotos del este y del sureste de Asia, una región bastante asociada al disfrute vacacional y a sociedades relativamente desarrolladas y acogedoras para el viajero, pero que en mi caso fueron el escenario de algunas de las aventuras más trepidantes de todo mi periplo. Espero que os gusten.



La primera ciudad que visité en China cuando abandoné el Tíbet fue Xian, donde residen los guerreros más famosos del país. El enorme ejército de terracota, que fue construido para proteger a lo largo de la eternidad a Qing Shi Huang, el primer gran emperador de la China unificada, es en la actualidad expuesto al público y, a su vez, custodiado por celosos guardianes de carne y hueso











Hay pocas cosas que definan mejor la grandeza y antigüedad de una civilización que el amor de sus descendientes por sus propios símbolos. Así, la caligrafía china es a la vez herramienta y ornamento











Mi paso por Laos y el Mekong fue aventurado. De esta parte del viaje ya he aportado gran cantidad de textos y fotos. Cada vez que recuerdo aquellos días, suelo trasladarme con la mente a la que fue mi frágil morada, una cabañita de quita y pon en la que pasaba las tardes, los atardeceres, las noches y los amaneceres... recuerdo vivamente cada uno de ellos. A pesar de no ser más que plásticos y cuerdas, tuvo algo de "hogar" para mí











A Tailandia llegué tras un año de viaje por tierra interior sin contacto con mi querido mar. Una vez allí apenas me separé de éste. En la foto, niños en la isla de Koh Phayam











Bangkok, la capital de Tailandia, es una de las ciudades que más visitantes extranjeros recibe de todo el mundo. Uno puede encontrarse de todo en sus congestionadas calles. Entre los turistas extranjeros, ninguna calle es tan famosa como la Khao San Road. Mi llegada a esta ciudad, y a esta calle (que es una ciudad en sí misma) coincidió con el Año Nuevo tailandés, cuya celebración consiste en mojar con agua a todo el que pasa... tal vez fue aquí donde incubé mi dichosa laringitis...











Kuala Lumpur, la capital de Malasia, es una de esas modernas urbes asiáticas donde el cemento, el cristal y la suntuosidad devoran el urbanismo tradicional. Aquí llegué con mi bicicleta, tras mis primeros cuatro días en la carretera con ella, cuando estaba anocheciendo, y la sensación que tuve al llegar por fin al centro, tras discurrir erráticamente por miles de circunvalaciones del extrarradio, fue algo así como lo que debe sentir el espermatozoide que ha logrado fecundar un óvulo tras luchar contra miles de sus semejantes...











Volviendo a Kuala Lumpur, en Malasia, la mezcolanza de culturas e idiomas que prospera en el país da pie, en ocasiones, a coincidencias que a un visitante extranjero, en este caso español, llaman la atención. En este complejo, o "villa", como reza en el cartel de la foto, pasé cuatro noches alojado en casa de dos jóvenes francesas estudiantes de "Hospitalidad". Esto que acabo de escribir es rigurosamente cierto, pero muy probablemente, la realidad no coincida con la idea que más de uno o una se está haciendo en la cabeza











Melaka es una de las ciudades más bellas y coloridas de Malasia. En ella prosperaron, junto a los malayos autóctonos, chinos, holandeses, portugueses, ingleses, y monjes cristianos de todo tipo al asalto del continente asiático. Ningún europeo llegó muy lejos en sus pretensiones, pero la ciudad es, sin duda, una de las que más impronta europea tiene de toda Asia











En mi discurrir en bicicleta del norte al sur de Malasia, las playas del mar de Andamán me ofrecieron idílicos escenarios en los que dormir y descansar











Esta foto es del ferry que une la isla de Penang con la península malaya (al fondo la ciudad de Georgetown). Era mi primer día de pedalada con la bicicleta de segunda mano recién comprada. En ese punto, apenas después de haber recorrido 300 metros, ya estaba cansado... y eso que aún me quedaban seis meses de pedaleo











Este es el "skyline" de Singapur conforme uno se aleja en barco hacia Indonesia. Al atardecer, los ciclópeos rascacielos que el día anterior se cernían sobre mí, se van ahora perdiendo en la distancia, difuminados sobre el horizonte. Siento que pierdo de vista una ciudad, un país, y todo un continente en el que he dejado mi huella... y que ha dejado su huella en mí











La foto no es mía. Es el mundo. Sobre él se aprecia el inmenso contiente euroasiático en su totalidad, escenario de un viaje comenzado en mayo del 2007 en el que, hasta ese punto, había transitado por numerosos países (Bulgaria, Turquía, Irak, Irán, Turkmenistán, Uzbekistán, Kirguizistán, China, Pakistán, Afganistán, India, Nepal, Tíbet, Laos, Tailandia, Malasia y Singapur). He querido dibujar la ruta seguida desde Valencia, siempre por tierra, pues creo que ayuda a relacionar los textos que he ido incluyendo a lo largo de los últimos años en este blog con el camino seguido. No ha sido un camino fácil. He evitado rodeos y rutas más directas -como la transiberiana-, pues mi prioridad, irrenunciable, siempre ha sido descubrir cosas nuevas, viajar por lugares remotos y sentir los contrastes conforme el viaje avanza. ¿Lo mejor de todo llegados a este punto? ... tal vez sea que el viaje sigue

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo ya me compre mi bola del mundo jajajajaja para poder seguirte y no perderme y mola darle vueltas, esta muy bien la foto del mundo con el itinerario seguido...bsbsbs

Anónimo dijo...

ESTOY FLIPANDO.
A LA PROXIMA ME VOY CONTIGO.
SALUDOS

sergio dijo...

encantado de que te vengas conmigo... pero no te olvides de la biodramina.

me alegra verte por aquí.

Anónimo dijo...

bueno ya sabes....yo elegiré algún "medio de locomoción" algo más comodo, pero te aseguro que te sigo el ritmo.




saludos "porteño".